del comienzo



Mi primer contacto con los chozos hace ya años... quizás tuviese yo unos 15 años (hace ya más de 20!) cuando dormí por primera vez en uno. En ese caso eran chozos de bálago de centeno, en Hornachos, y estaban en una finca que ADENEX (asoc. naturalista extremeña) tenía en aquel pueblo. Quizás fuese uno de los primeros intentos en la región por utilizar chozos como albergue. Al principio las condiciones eran más básicas, y en los inviernos se hacía un poco duro. Con el tiempo se fueron arreglando y dotando de mejoras (puertas, suelos, etc). Por desgracia después de unos años alquilando ese terreno, el dueño dejo de hacerlo (no sé exactamente que pasó ni este es sitio), y aquellos chozos allí quedaron.


No quedó allí mi interés por ello y años más tarde acabé viviendo en Alburquerque, que es donde actualmente vivo desde hace diez años, y aquí el contacto con ellos fue rápido. Cosas de la vida hizo que el albergue donde yo iba a trabajar con mi grupo (el Colectivo CALA), fuese un Centro que contaba al igual al que tuvo Hornachos una serie de 4 chozos, esta vez de horma. En este caso nuestro grupo se preocupó de incorporarle a los chozos suelo radiante solar, cosa que hasta ahora sigue funcionando, y de esta manera conjugamos nevas tecnologías y nuestra arquitectura tradicional.

Pero no sería hasta el año 2003 el año en que me decida hacer algo parecido a un censo. Pero mi intención era buena, la realidad es que el tiempo libre que me dejaba mi trabajo no era suficiente como para hacer un trabajo serio. Así que me relaje y a mi ritmo fui haciendo lo posible, tomando fotos, conociendo a gente, leyendo cosinas sobre el asunto.

Varias veces propuse desde el CALA hacer proyectos donde unir etnografía-educación-acción, algunos han prosperado y otros no han podido tirar adelante. No obstante seguimos haciendo cosas e investigando, como la construcción con tierra, materiales tradicionales de construcción como la cal, etc. Por ese tiempo restauré una casa y me sirvió de campo de pruebas para conocer técnicas, probar materiales y conocer a albañiles que me enseñaron mucho. Nuestro último trabajo: la restauración de un horno tradicional de piedra en la Dehesa Comunal en el año 2014, ¿irán por ahí los tiros?.