El chozo: su tipología en la Comarca de la Sierra de S. Pedro y los Baldíos

Como ya dijimos en el anterior artículo, es desde los albores de la presencia humana en esta zona que, posiblemente, se utilizaron diversos tipos de refugios o habitaciones, para proporcionarse cobijo y resguardarse de las inclemencias del tiempo.

Chozos y vestigios de muchos de ellos quedan actualmente en toda la comarca, herederos de esos tiempos y actualmente se siguen utilizando e, incluso, dándole nuevos usos, como por ejemplo para turismo, en diversos proyectos (Aula de Naturaleza los Chozos, casas rurales, etc).

Es el chozo una construcción que gracias a su bajo coste y arquitectura no muy compleja, se ha mantenido en el tiempo en nuestra zona. Porqueros, carboneros, pastores, mineros, guardas, etc, lo han utilizado como vivienda ocasional, pero a veces estas viviendas se convertían en espacios permanentes de ocupación.

Pero todos los chozos no son iguales y su tipología depende de los materiales que están hechos, así como de la técnica utilizada para su construcción. Pues bien, actualmente en nuestra Comarca tenemos 4 tipos diferentes de los 5 que hay en Extremadura.


Chozo de la familia Pulido, desaparecido en el verano 2010, dehesa comunal Alburquerque

1º) Chozo de monte: Es el más primitivo y el que más peligro corre de desaparecer por los materiales que utiliza. Como ya dijimos, está formado por grandes ramas curvas de encina de hasta 2,5 y 4 metros (pernás) con las que se forma una estructura desde el suelo. Después se cruzarán las latas, que son varas mas finas y que se colocan horizon­talmente. Una vez hecha la estructura, como si fuese una jaula de perdigones, se le pone el monte (escoba, junco, etc) atándolo a la estructura de palos. Al tener tanta pendiente y un tomo vegetal de más de 40 cm, el agua no penetra dentro. Este es uno de los tipos más bonitos que tenemos, quizás por su fragilidad aparente, pero que, repito, está en franca decadencia, pudiéndose contar con los dedos de la mano los que quedan en pie en la zona de Alburquerque. En Membrío, por ejemplo, ya no quedan, según me comentaron algunos vecinos que entrevisté el día de los Santos.

Chozo de horma, finca Valdeborrego, Alburquerque


2º) Chozo de horma: Es en la comarca de los más abundantes, aunque fueron perdiendo terreno y cediéndolo a los que se les puso, en el techo, teja (y del que hablaremos en el punto siguiente). Quizás este tipo es el que tenemos en la mente cuando oímos la palabra chozo. Tal vez por que ha sido uno de los más habituales y son todavía relativamente fáci­les de ver en muchas fincas y campos.

Su construcción se realiza haciendo un cercado circular de piedra o adobe, de no más de 1,60 metros de alto. Una vez que se realizaba el muro, se montaba una estructura cónica de palos, que se cubría también con monte. En la mayoría de los casos no tiene más vanos que la entrada.

chozo de teja a dos aguas con chimenea, finca huerto del Cespe, Alburquerque


3º) Chozo de teja: El de horma tiene la desventaja de que hay que echar una capa de monte cada dos años, por lo tanto tiene un mantenimiento mayor, obviamente. Por eso se le dio una vuelta más a la tuerca, poniéndole teja en vez de escoba o junco.

La cubierta se resuelve normalmente a una o dos aguas, dependiendo del diámetro de la circunferencia del chozo; si es mayor, necesita 2 aguas.

Una vez que se ponen los palos (actualmente, con frecuencia, reutilizados de las obras), o bien se ponía tabla, como es habitual en nuestras casas tradicionales, o también ramas de retama, entre otras soluciones. Una vez que se cerraba así el tejado, se procedía a po­ner la teja árabe, con la misma técnica que se utiliza para las cubiertas de las casas.

chozo de boveda, calleja del cementerio, Alburquerque.


4º) Chozo de bóveda: En nuestra Comarca es el menos habitual, pero hay algunos pre­ciosos ejemplos de ello. Al igual que los anteriores de horma, tiene un muro circular que delimita el espacio del chozo y, en este caso, utiliza el ladrillo bovedero para cerrar su cu­bierta, usando normalmente un tipo de bóveda que se llama de media naranja o media es­fera, aunque a veces se pueden encontrar otros tipos de bóveda.


En casi todos los casos, incluido esta última tipología, los chozos aparecen encalados, o estuvieron en su momento, in­cluso con zócalos de colores, tarea que recaía habitualmente en las mujeres.


En Extremadura, además de los tipos que he descrito aquí, también hay otros dos tipos más: el chozo de pastor o de bálago de centeno, que es habitual en la zona de la Serena, entre otras, y el de falsa cúpula de piedra, que está realizado enteramente de piedra, rea­lizando la cubierta con piedras escogidas a medida para, aproximando hileras, ir cerrando el techo de la misma. De ellos hablaremos en otro articulo.